Hacer cosas sin expectativas es siempre bueno: eliminas cualquier posibilidad de decepción, para empezar; y cualquier cosa buena que te den vuelve esas cosas infinitamente mejores de lo esperado. Todo ventajas. Así que lo intenté el sábado. Fui al cine. Y todo lo que sabía era que íbamos a ver una de suspense que se llamaba Locke (en inglés, un juego de palabras entre un apellido y la palabra "encerrado").
Genial. La peli empieza y la intensidad empieza alta desde el primer minuto. Una situación muy bien elegida nos planta en un viaje muy abierto, con final en cualquier lugar. Captó inmediatamente mi interés. 90 minutos después, la sensación seguía ahí. Era como si nada hubiera pasado. Mmmm… ¡Me da que eso no es bueno, Sr. Knight! Cuando termina la película, te quedas aún esperando un golpe de efecto, un cambio radical, pero la historia simplemente se va hinchando sin alcanzar en ningún punto algo cercano al suspense… De hecho, puede que ese fuera mi problema: que la única expectativa que tenía era que iba a ver un thriller, y con esta película pues… pues los críticos se colaron mucho. Locke no es otra cosa que un drama, un drama optimista, con una historia en la que la determinación, asertividad y positividad del protagonista le llevan a poner las cosas en su sitio (en el sitio que él pretende, al menos).
(Fuente de la imagen © IM Global)
Lo mejor de todo el guión es la actitud de Locke: bajo presión, con todo lo que le está pasando al mismo tiempo y sin un segundo para pensar las cosas, no para de solucionar todo desde su coche, sin apenas dudas. Es el ideal del hombre anglosajón con éxito (y esto es especialmente claro para alguien con origen latino como yo): nunca dice nada negativo, siempre encuentra la siguiente acción a tomar, consigue volver cualquier situación en algo de lo que puede sacar provecho. Tom Hardy se lo hace muy bien en el papel y oye, que no es nada fácil aguantar tú solo el peso de un largometraje. Chapeau por él.
Pero eso fue todo lo que me dio esa película. Estoy muy seguro de que puede haber gente a la que le gustara también el inteligente formato utilizado: súper barato (sólo 1 actor, 1 coche más-que-patrocinado, algunos planos de autopistas, y un puñado de secundarios con las voces en off. Y estoy de acuardo, ojo, el formato es genial, pero lo que pasa es que para mí no era un formato nuevo: en 2010 tuvimos una película hispano-estadounidense que ganó unos cuantos premios, entre ellos mejor guión original. Se llamó ‘Buried’ (enterrado).
Buried sí que tenía suspense. Un ambiente claustrofóbico, la falta de luz, la situación contrarreloj… todo ayuda a mantenerte desde el primer minuto sentado en tensión y haciendo fuerza para intentar ayudarle al chico a salir del ataúd. Sí, sí, todo sucede dentro de un ataúd. Lo único que tiene la peli es el ataúd, el maromo, un mechero, un móvil y unos cuantos actores con voz en off de nuevo. Bueno, y una serpiente que fue el único error del guión. Pero esta película no sólo emociona, también tiene críticas ácidas en su propio concepto: a la avaricia de los terroristas, la hipocresía de los diplomáticos, la falta de ética de las grandes corporaciones, todos ellos colectivos que no respetan en absoluto la vida humana siempre y cuando ellos cumplan con sus objetivos…
(Fuente de la imagen © Versus Entertainment)
Y recuerdo muy bien lo que disfruté de este largo y lo que se me metió dentro. El montaje es realmente bueno, y toda la película está muy muy cuidada. Me hizo pensar, me hizo resoplar, me hizo sufrir y tener esperanza y hasta rezar. El formato era el mismo sí, pero Rodrigo Cortés y Chris Sparling lo llevaron hasta sus últimas consecuencias, y eso convirtió la película en algo excepcional. Locke no se atrevió a llegar tan lejos, y se siente una pena porque podría haber sido muy buena peli también, pero sin la adrenalina ni la angusta, se queda sin pena ni gloria.
Por supuesto, ve a ver Locke también si te gustan las películas que “están bien”, pero sobre todo intenta ver Buried, porque no lo lamentarás un instante. Créeme, hay situaciones en las que es mejor estar "enterrado" que "encerrado".